Monday, January 12, 2009

BEATUS ILLUSIONIS

Recorro esperanzado tu blanca tez
deseando encontrar el oasis de tus labios
dulces como dátiles...
suaves como luz de luna.

Me deslizo por tu negra cabellera
para caer sobre tus pestañas...
como a un niño, me recogen y arrullan...
estoy embelesado por su vaivén.

Me pierdo en lo más oscuro de tus ojos,
son como noche de luna nueva,
bella bóveda que humedeces a cada rato al parpadear,
y allí, rodeado de un diáfano iris ambar,
me acuesto en el cenit de tu pupila
a observar la noche estrellada.

Pierdo la noción de tiempo, del espacio, de mi mismo...
de la distancia entre tu y yo...
Dos lustros, treinta centímetros y quince millas
que son más de sesenta minutos...

Cuánto anhelo el contacto distraÍdo
de tus dedos con los míos,
roce casi imperceptible,
como una caricia clandestina y muda
entre tu y yo...

Tus manos como tafetán... finas y livianas,
manos de artesana del conocimiento
y el amor a las artes,
a lo estético-espiritual.

Construye con tus manos para mi...
teje las estrellas que vienen tras nosotros,
dales forma para que, alcanzándolo,
se inclinen al Todopoderoso.

Déjame saber por un instante
que has pensado en mí
como fruto deseable y alcanzable
para alimentar por siempre
tu dulce corazón viajero.

-C.

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