Sunday, January 22, 2006

SIN TÍTULO 1

Quisiera escribirte.
Escribir tu cuerpo, tu piel...

Escribir tus piernas, brazos, hombros...
Tu rostro y tu mirar.

Que sea tu cabello mi letra cursiva, tus pestañas y cejas renglones infinitos para mis ideas plasmar.

Quisiera escribirte, no describirte ni relatarte, no comentarte o interpretarte. Solo escribir sin palabras ni letras todo tu cuerpo indescriptible, toda tu mente indescifrable, tu ser, secreto y misterio, paradoja infinita donde las palabras pierden sentido pero las ideas así como el amor son tangibles.

Son perceptibles.
Mas ahora ilegibles porque tus ojos no han vuelto a hablar con los mios, sencillamente porque han volado emigrando a otro lugar.

Quisiera escribirte pero estás distante y ya no alcanzo a percibir quién, cómo, ni que eres para mí.

Ahora solo sé que quiero escribir.

-C.

Wednesday, January 18, 2006

LA MUJER ES COMO LA MAR

La mujer es como la mar, llena de valles y montañas.
Con grietas y grutas por explorar.

La mar es vida infinita, caprichosa-constante
de movimientos suaves y uniformes;
al navegarla es hermosa sin igual,
cautivante, monótona-cambiante...

La mar es tu rostro, es dulce, es sal,
movimiento y quietud.

Los ojos del marinero se agudizan en ella, se alegran y temen.
Temen por ellos mismos, por no poder abarcarla toda,
acaso intuirla y conocerla.
La mar es movimiento acompasado.

Así es tu carácter: indescifrable, con picos y valles,
tienen una historia, profundidad, riqueza sin igual, vida,
muerte, sufrimiento y regocijo.

El marinero rompe olas intentando recorrerla.
¿Por qué teme acaso a naufragar?
Sabe que nunca acabaría de conocerla,
que terminaría devorado y perdido.

La mar es tu infancia, tu vida, tus sueños.
Aunque no quiera la vida o la muerte
ambas surgen de ella naturalmente.

La mar es una inmensa lágrima que de Di-s brotó.
Es amor dinámico.

La mar eres tú, yo el náufrago.
Déjame morir mil muertes dentro de ti.
Revíveme en sirena para no dejarte.
Déjame conocerte.

-C.