INTROSPECTIVO

Cada día me descompongo
en cientos de palabras...
esparcidas sobre el papel indefenso...

Vuelo un poco por el espacio
para encontrar el mejor camino y así,
expresar mi sentimiento.

Mis palabras son yo mismo
hecho tinta y letra.
Textos que, de alguna manera,
describen mi futuro sin saberlo.
Los escribo proféticamente...
para mí mismo.

Se manifiestan en el presente,
tienen dueña desde el principio del tiempo...
pero solo en el futuro incierto
se han de entregar a aquella persona
designada para mí desde antes de la creación...

Igual... siempre hay una musa...
por ahí en el aire...
destellante y diáfana
entre nubes y sueños.

Creo que a pesar de todo lo sucedido
sigo siendo fiel a mi amada desconocida...
Aún brota como lava de lo profundo de los poros,
quema la piel por donde resbala,
dejando huellas imborrables
e inolvidables en el tiempo.


-C.

SECRETOS

Alimentados por la luz de la distante Selene,
estos pensamientos casi ilógicos
se han hecho fuertes...
e intentan atrapar, casi inocentes,
la luz de las estrellas
como obsequio de su amor...
para ti.

Guardan la ilusión de ver tu luz en la mañana,
y alimentados por el rocío del amanecer,
tomar fuerzas para caminar hacia ti,
comentarte sus secretos bien guardados
entre cápsulas resplandecientes
de sueños, de miles de colores...
efimeros... transparentes,
delicados y bellos
como pompas de jabón.

-C.

RETORNAR

Se desvanece la luz...
y quedan solo las sombras de nuestro amor.

Vas caminando y...
a lo lejos...
tu figura se hace cada vez más difusa
perdida en el tiempo y espacio.

La distancia entre tú y yo
se hace infranqueable por las murallas
del pensamiento a nuestro alrededor.
Se hacen reales en tu mente
a medida que avanzas alejándote de mí.

Quizá más adelante...
cuando haya girado la esfera nuevamente,
trayendo a nosotros la luz
del horizonte arrebolado,
podamos retornar por el camino recorrido
olvidando lo pasado, para vivir esta ilusión,
que no ha dejado de existir en mi mente,
por ti.

-C.

TU IMAGEN

Hoy es un día diferente.

Amanece.
Y al oír el canto de las aves de la mañana,
escucho como un eco la dulzura de tu voz.

Apareces en mi mente
iluminando hasta el último rincón.
¿Qué puedo hacer, mas que escribir
para deshacerme de esta descarga arrolladora de pensamientos?

Debo dejar fluir cada palabra
para no enloquecer intentando ordenarlas en mi mente.
Languidecen mis fuerzas al luchar contra ellas
y me dejo arrastrar por la corriente que me lleva a ti.

Me deshago como un trapo hecho pedazos...
en cientos de jirones, y ahora libre...
debo permitir que la tinta moje el papel
sobre el cual se derrama cada pensamiento
para así atrapar en grafos deformados
tu eterna figura angelical,
suave y esquiva...

Antes que desaparezcas nuevamente
y me dejes conmovido y triste.
Sólo con esta ilusión.

-C.