Tu recuerdo vuelve a mí como un eco del pasado,
una sonrisa que es como una mueca en la memoria...
apenas traslúcido... como de alabastro,
pero que de cuando en vez aparece
en un rostro cualquiera, desconocido...
que me hace recordarte.
Pensé fuera obsesión mía pero justo allí...
me preguntan por ti confirmando mi intuición.
No solo mi mente re-encuentra tu imagen,
sino la vida misma te trae a mi nuevamente...
Que extraña es la vida.
Han pasado casi seis años ya desde aquella tarde
de un abril moribundo en que al mismo tiempo
que murió el mes... en un anfiteatro hecho de ladrillos,
dispuestos en caracol, entre aguas que corren circundantes...
allí... través de una bella celosía...
en la calidez del verano ya próximo,
murió también nuestra ilusión.
No olvido el edificio cálido,
laberíntico, como nuestras palabras
en aquella tarde... y la promesa rota de un mes,
que nunca pasamos ausentes el uno del otro,
ni tu inesperada e incomprensible pregunta
después de la inevitable ruptura:
¿Aún me quieres?
Cómo olvidar... los almuerzos vespertinos,
la visita al odontólogo y finalmente...
al siquiatra para que salieras del laberinto...
para que te encontraras y a tu rumbo nuevamente.
Pero la distancia creció con el contacto,
una mano extendida y un beso que...
no quisiste darme entonces
y luego tuviste que pedir.
No apareció más la lluvia que nos unió...
Las nubes tomaron rumbo al horizonte lejano
y el verano andante, acercándose,
secó todo menos el recuerdo.
No quiero encontrarte nuevamente,
no quiero ver quien eres ahora,
mas aún quiero tu recuerdo,
lo que he construido desde aquella ultima vez
que nos vimos una tarde cualquiera,
en un lugar cualquiera perdido en el tiempo.
Quiero imaginar que aún eres
como cuando estábamos juntos,
y envolverme una vez más entre tu risa
y tus collares de colores...
Recuerdo claramente...
porque alguien significativamente valiosa en mi vida
llegó a este mundo tan solo dos días más tarde...
un viernes pasado por agua... se llenó de su luz.
Cumple seis años ya... y me doy cuenta
que mientras viva, celebraré su cumpleaños
teniendo presente el mismo recuerdo melancólico y triste
del desamor de aquel primero de mayo.
Te escribiré el próximo lustro.
-C.
P.S: Este escrito no es secuencial con los anteriores.
Solo apareció de repentinamente y hubo necesidad de publicarlo.
