NIEBLA
Lo que pensé era la densa bruma de la memoria,
comenzando a digerir en fantasías tu recuerdo,
resultó ser solo una nube pasajera
en medio de la noche de verano.
Nube solitaria y momentánea,
casi perdida y sin compañía,
tal y como me he sentido
últimamente que no estás.
Ayer te vi, por un momento te vi,
y fuiste como un viento maestral
que convirtió en jirones cualquier vestigio
de niebla difractora del recuerdo.
Noté entonces que, de mi interior,
nada ha cambiado...
Aún brotan las mismas emociones
y el corazón ensimismado,
casi autista, aún destila de su amor
como veneno que adormece y hace reír...
Y me río talvez de mí mismo,
talvez de las circunstancias
y el tiempo... el bendito tiempo.
Leo, escribo,
observo, sueño...
y tú... ahí,
en cada cosa.
-C.
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