Y ELLAS AHÍ
Al apreciar en ellas la hermosura,
¿Quién hay que se pueda resistir?
¿Cómo no intentar capturar furtivamente
su belleza en un verso?
Aún cuando infructuosa sea la descripción
y lejana la palabra a la realidad,
al menos sus sombras podremos disfrutar
cuando el tiempo haya pasado y el invierno
nuble nuestras ventanas.
Cuando se haga lejana la luz de sus miradas,
y del entorno en que se pasean con juguetona expresión
y su rítmico contoneo.
-C.
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