TE VEO DESDE LA DISTANCIA PRÍSTINA

Te veo desde la distancia prístina,
suave, serena, temblorosa y callada.

Has estado allí desde siempre,
desde la aparición misma de la vida en mí,
designada y entregada para mí y yo a ti.
Te conozco desde la primigenia conciencia que surgió en mí,
eres mi primer recuerdo.

Desde entonces te aguardo, espero por ti y por tus recuerdos de mí.
Amo tu risa, tu voz que escucho como ecos en mi memoria.
Traes la vida misma, creadora de mundos y sueños,
esparces la luz que hay en ti.

Amo todo tu ser, alma y cuerpo, y tu espíritu
suspiro de la voz del Creador.
Amo las coronas que traes para ti y para mí.
Reflejos del amor de Di-s, perpetuadores
de nuestra memoria y de Su verdad.

Te amo desde siempre y hacia la eternidad,
amo tus reflejos y tus sombras.
Amo nuestros frutos porque son tuyos,
porque eres tú misma manifestada en ellos,
don de Di-s.

Cuánto deseo conocer tus secretos,
las mieles de tu dulzura y tu regazo,
escondite de mis sueños,
conocedora de mis ilusiones.

-C.